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Un quiebre no es un problema, es una oportunidad  de cambio

Un quiebre no es un problema, es una oportunidad  de cambio

Declarar un quiebre es la oportunidad y la posibilidad de decir “Basta, no quiero más esto para mí” o “Necesito un cambio”, cuando nos damos cuenta de que lo que estamos viviendo no nos satisface. Y aparece la posibilidad de un cambio.

➕ Extra 23/03/2022
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Giannini
@Giannini

Por Adriana Giannini

Un quiebre abarca la distancia entre el darnos cuenta de que necesitamos decir basta a una situación y la posibilidad de decirlo. Para entender el concepto de quiebre, primero hay que decir que, habitualmente, se vive en transparencia. Hacemos las cosas que ya sabemos en “piloto automático”: nos levantamos a la mañana, nos duchamos, nos vestimos y salimos a trabajar por el mismo camino. Esto es ir en transparencia.  

Y un día cualquiera, vamos caminando tranquilamente cuando nos resbalamos y nos caemos estrepitosamente en la acera. Ahí se produjo un quiebre: se puede extender esta definición a cualquier plano de la vida donde salimos del “piloto automático” y sentimos que “algo diferente está pasando”. 

¿Qué es “declarar” un Quiebre? 

Si nos referimos a algo que nos molesta llamándolo problema, le damos más peso negativo a la situación y dificultamos su solución. En cambio, si lo vemos como un quiebre, se abre la oportunidad de dar un giro a nuestra vida.  

Una vez más, el lenguaje que usamos crea una u otra realidad. Si somos dueños de nuestro lenguaje, será mejor enfocarlo a nuestro favor.  

Cuanto más pronto declaremos un quiebre: “No me llevo bien con mi pareja”, “No estoy seguro de haber aprendido el trabajo”, “No veo progresos de ningún tipo, en mi vida” , antes pondremos manos a la obra para enfocarlo hacia mejores horizontes.  

A veces, no reconocemos pronto el quiebre porque tememos el cambio que puede traernos soledad, riesgos o responsabilidad. Pero a largo plazo, será más difícil encararlo por el desgaste que produce convivir con un quiebre crónico.  

Un quiebre no es un problema, es una oportunidad  de cambio
Una pared donde no esperabas te presenta un quiebre 

Según el cristal con que se mire  

Un quiebre es nuestra interpretación (juicio) de que algo pasa (o no pasa), y empieza a existir desde el momento en que se declara, es decir, que se reconoce por quien lo vive. Por ejemplo, si nos casamos ilusionados en una pareja para toda la vida y, luego de un tiempo, vemos que la convivencia no resulta exitosa, aparece la sensación de fracaso. Entonces, reconocemos el quiebre de estar en una relación que no nos da la satisfacción que imaginamos.  

 Si el quiebre genera un juicio positivo (toda pareja tiene sus altibajos, podemos trabajar para componer la relación) se interpreta como una oportunidad y, en cambio, si  genera un juicio negativo (me he equivocado al casarme con esta persona y sufriré las consecuencias) se interpreta como un problema.  

Por lo tanto, los quiebres pueden abrir o cerrar espacios de posibilidades, de acuerdo a nuestra interpretación de los hechos.  

Otro ejemplo: El quiebre se presenta a causa de un hecho imprevisto, que rompe la transparencia en la que vivimos: si una mañana enciendo la PC y veo que no inicia, salgo de ese fluir automático que me llevaba a encenderla y chequear el e-mail día tras día. Me detengo entonces a resolver lo que sucede, o sea, que mi accionar cambia de dirección. Una vez más, aquí, en un quiebre más sencillo que en el tema de la convivencia, pero quiebre al fin, aparece un juicio positivo (voy a llamar al técnico) o negativo (qué barbaridad, se me complicó el día)  

Un quiebre inicial da cuenta de lo que nos ocurre: “Me inscribí en muchas páginas de trabajo pero nadie me llama, ni una respuesta” Tomamos consciencia de que algo no funciona como esperábamos. Ahora, si luego, uno se da cuenta de que sería más fácil obtener un trabajo a través de una recomendación o de algún conocido, pero que no se tiene amigos ni relaciones sociales que puedan facilitar el camino, es obvio que con esa actitud no será fácil encontrar trabajo tampoco por esa vía de las relaciones sociales.

Un quiebre no es un problema, es una oportunidad  de cambio
Cuando se rompe la transparencia cotidiana

Esta es una forma de articular el quiebre para poner encontrar la solución.  

Pregúntate: 

  • ¿Cuál es el quiebre que atraviesas? ¿Cuál es la razón que te lleva a no decir basta? 
  • ¿Qué beneficios, aunque secundarios, obtienes al no declararlo? 
  • ¿Cuáles serían los riesgos de declararlo? ¿Y cuáles, los beneficios?  
  • ¿Cómo has salido de quiebres anteriores? ¿Podrías usar los mismos recursos para salir del actual? 
  • ¿De que te diste cuenta al articular tu quiebre? ¿De qué careces? (Ejemplo: “Se me hace imposible coordinar conversaciones con la gente y así, me es difícil salir del juicio negativo y se me cierran espacios de posibilidad” 

Aceptarlo que ocurre y darle una interpretación positiva como usar el tiempo en otras cosas hasta que se solucione el inconveniente, abre espacio a una oportunidad. Lamentarse todo el día de la mala suerte que tengo porque un imprevisto cambió mi agenda, cierra posibilidades y me coloca en una emoción negativa que me costará remontar. El juicio negativo sobre algo que sucede, aunque yo me enoje, convierte la situación en un problema y no, en una oportunidad. 

Si se tiene la libertad de elegir una interpretación que ayude, ¿por qué se elige el temor ante el imprevisto y no se busca la salida?  

Si uno es capaz de convertir un obstáculo en una pared que no  deja avanzar... ¿Por qué no rodear la pared y salir por otro lado, en lugar de insistir en que esa pared no debería estar allí, bloqueándote el camino?  

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