El gaslighting o efecto luz de gas fue difundido por Robin Stern, psicoanalista que puso de relieve cómo ciertas personas manipulan con esta estrategia y pasan desapercibidos.
Se trata de un abuso sutil ya que cuando lo sufras te preguntarás si entendiste bien, justificarás a la persona que te maltrató (sobre todo si es un afecto cercano), dirás que lo hizo sin darse cuenta o, lo que es peor, volcarás esa rabia hacia ti misma, autoinculpándote por largo tiempo.
Si se trata del trabajo, creerás que no lo haces bien ya que la descalificación es constante y, si es en tu casa con tu pareja o tu madre, pensarás que hay algo equivocado en ti.
Existen muchas personas que sobreviven a este tipo de manipulaciones sin saber muy bien qué ocurre y la mayoría cree merecer el maltrato continuo porque hay algo malo en ellas. Y no es justo que carguen con todos los males que los manipuladores les quieren endosar. Este pernicioso efecto tiene por meta, hacerte dudar de tu inteligencia, tus sentimientos y tus percepciones. Y lo logra.
El pez que se muerde la cola
¿Te has preguntado alguna vez por qué te dejas manipular como un corderito y dices que sí a todo?
Tú lo permites porque seguramente tu autoestima es “bajo cero” a raíz del maltrato sufrido y crees, internamente, que no podrás conseguir otro trabajo, que debes ser feliz por los padres que tienes o por la pareja que se ha fijado en ti, aunque te maltraten a diario. Según sea el ámbito donde lo sufras, y quizá seas manipulado en más de un lugar.
La víctima elegida para manipular suele ser sensible, empática y algo ingenua ya que le cuesta entender que alguien que dice quererla, pueda tratarla de modo tan cruel.
La víctima, a menudo, tiene un “locus de control externo”. Esto significa que todos los juicios sobre su persona pasan por el tamiz de los otros, lo cual es más importante que lo que él mismo piensa.
Aquí, el primer paso es detectar las señales de manipulación, con qué frecuencia se repiten, qué personas la llevan a cabo contigo y cuál es tu reacción en esas situaciones.
Completa el test a continuación, para darte cuenta si el efecto “Luz de gas”, te está apagando.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-42174359

AUTO-TEST
Contabiliza las señales de alerta.
1. Notas, claramente, que el regaño sutil se repite constantemente, sin posibilidad de aclarar nada.
2. Sientes que lo que te dicen no encaja con lo que pasó o con lo que eres.
3. Tu vínculo negativo con esa persona es una espiral que no acaba. Todos los días hay algo malo para decir sobre tu conducta. Ya se ha hecho un hábito regañarte y que tú lo aceptes.
4. La conducta del otro te hace sentir ansioso, estresado, con malestar físico y con pérdida de autoestima.
5. Tienes temblores, antes o después de que esa persona se dirija a ti, porque sientes que te van a reprender o porque crees que no haces nada bien.
6. No puedes conciliar el sueño, estás deprimido o alteras tu alimentación (no quieres probar bocado o comes demasiado)
7. Te sientes impotente e inútil porque no conformas al otro con nada. Si es negro, te cuestiona por qué es negro, si es blanco, también te cuestiona. No encuentra nada en ti que lo satisfaga.
8. Tú, rabioso, descargas tu ira con otras personas
9. Tienes sentimientos de vergüenza y culpa muy profundos, y deseos de aislarte para que nadie te vea.
10. Sientes miedo de la manipulación porque te hace dudar de tus capacidades.
Si has contado 3 o más de estas señales, de forma constante, claramente te están manipulando. Y tú lo permites.
Apela a la autoconfianza.
Una vez que tengas claro que te están maltratando, que no te dejan expresarte cuando te agreden, que todo lo que haces y dices está mal, que te enredan con sus argumentos, que se contradicen en sus indicaciones, que te alteran y luego dicen que exageras, y que no hay posibilidad alguna de salir bien parado de ese vínculo, ha llegado el momento.
Estos manipuladores te hacen dudar hasta de tu salud mental porque son convincentes y muestran sutilmente tus falsos errores, “con el propósito de ayudarte”. Siéntate a analizar con paciencia, cuánto de verdad hay en eso que te achacan. Y cuánto de ello aceptas y por qué lo haces.
Confía en tu intuición y en tus capacidades. Y, siempre, haz el mayor esfuerzo por mantener tu paz interior ante los agravios o injusticias.
Atento a estas máximas
Cuando te acosen y te des cuenta, puedes optar por varias alternativas:
1. No gastes tu energía vital en explicaciones y autodefensa. No le des el poder al manipulador.
2. Pon límites mostrando distancia emocional, aunque te mueras por un poco de afecto.
3. No entres en la espiral tóxica que te propone porque si tú no eres manipulador, siempre saldrás perdiendo.
4. Empezar a justificarse para sanar la relación, no la sanará. Al contrario, en el 99% de los casos, servirá para generar más cuestionamientos que te dejen mal parado. Y más justificaciones de tu parte, que te victimizan.
5. Puedes explicar que te sientes manipulado, y que no coincides con lo que se te dice, en voz firme y pausada. Si el manipulador sigue vociferando o inventando razones para hostigarte, retírate físicamente del lugar o corta la conversación de manera cordial.
6. Nunca cambies tu estado de ánimo absorbiendo lo tóxico del otro, porque así, aunque te distancies y no digas nada, te habrán manipulado emocionalmente.
7. Practica inteligencia emocional. Respira o cuenta hasta 10 y ten en claro que esas emociones y palabras no son tuyas.
8. Privilegia tu paz a la confrontación con un manipulador.
9. Coordina una reunión de ambos, para manifestar que no deseas y no mereces ser maltratado. Pero si el otro no acepta negociar un acuerdo, será difícil un cambio.
10. Los manipuladores no suelen negociar, porque su estilo es dominar y controlar.

Cuando hay manipulación, se busca el control
Si tienes que continuar en un trabajo por necesidad, te sugiero que cuando veas que te lanzan la luz de gas para que caigas a los pies del manipulado, cede con sabiduría. Esto significa que no intentes tener la razón, aunque sepas que la tienes.
Así que, inútilmente, explicarás una y otra vez porque hiciste la tarea como la hiciste y cómo fueron las circunstancias para quedar bien con tu jefe, tu padre o tu pareja. Y que te vuelvan a apreciar.
No manifiestes nunca que, si pierdes su amor, te desestabilizas porque se aprovecharán de esa confesión.
Ignora al manipulador: Con estas 4 claves, puedes reducir el abuso drásticamente: no revelarte abiertamente ante el manipulador, tomar distancia emocional y física, no demostrar cuánto te afecta emocionalmente su desprecio, y reducir los encuentros que siempre terminan en confrontaciones.
En la casa, con los padres y la pareja, también puedes ceder con sabiduría: retirarte del sitio de maltrato, no justificarte para que te perdonen, no pedir perdón si no has hecho nada que merezca ser perdonado, conservar la soberanía de tus pensamientos y emociones y dejar de dudar de ti mismo.
5 reglas 5: No al maltrato
1. Si es tu pareja o son tus padres, quienes te hostigan, aléjate de ellos. No hay forma de que un manipulador deje de controlar; quizá te lo prometa, pero a la primera de cambio volverá a su tendencia natural.
2. Hacer acuerdos con compromiso y armonía es un arte. Con un manipulador es muy difícil lograr un compromiso de respeto, aunque puedes intentarlo una vez.
3. Confía en tu intuición. Deja de buscar la aprobación de tu victimario y de todo el mundo.
4. Sé consciente de tus valores y de tus acciones. Y pregúntate si merece la pena vivir junto a aquellos que te maltratan.
5. Acciona y no reacciones: Accionar parte de ti mismo, de tus emociones y de tus pensamientos. En cambio, reaccionar a la ofensa del otro es entrar en su juego y, luego, será difícil saber quién empezó el conflicto y, además, poco importará. Quedarás desvalido si entras en esa espiral de reproches y abusos. Y le “habrás dado el gusto”.
https://www.uoc.edu/es/news/2022/319-luz-gas-violencia-psicologica
