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Sanar las heridas del pasado para pasar página y vivir. Primera Parte

Sanar las heridas del pasado para pasar página y vivir. Primera Parte

¿A menudo, te sientes rechazado o tú misma/o te alejas de los demás, temeroso de sufrir un rechazo? Si es así sigue leyendo porque sabrás cómo te repercuten hoy día las heridas emocionales que sufriste hace mucho tiempo y que forjaron tu carácter.

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Giannini
@Giannini

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Habitualmente, cargamos con una o varias heridas emocionales que se remontan a nuestra más tierna infancia y aunque no nos demos cuenta, inciden negativamente sobre nuestra calidad de vida y nuestros proyectos.

Las heridas emocionales nos obligan a ponernos una máscara para disimularla, aliviarla o sobrellevarla. 

Que las heridas que se producen en la infancia sean comunes a los adultos no quiere decir que se deban minimizar sus efectos perniciosos.

La buena noticia es que cuando entiendes qué tipo de herida sufres puedes armar muchas estrategias para sanarlas o, por lo menos, aliviarlas y que no impidan tu desarrollo afectivo y social.

Hay muchos recursos para sanar cada herida. De todos modos, si alguna herida es tan potente que desestabiliza tu bienestar emocional o mental, es necesario recurrir a un coach, psicólogo o terapeuta, que sabrán indicarte lo acertado.

5 heridas emocionales y sus 5 máscaras

Dado lo extenso del tema, en este artículo desarrollaremos una primera parte de las heridas, su máscara y su resolución. En artículos subsiguientes, se completarán las heridas básicas.

1. HERIDA

  • El miedo al abandono: La soledad es el peor fantasma de quien se sintió abandonado en su infancia. Por tanto, es común que en la edad adulta se experimente un firme temor a pasar de nuevo por esa carencia. Suele aparecer una importante ansiedad por ser abandonado por la pareja, aun sin motivos, y hasta conductas poco realistas por el gran temor a revivir ese dolor tan profundo.
  •  Máscara: Dependiente: Es la persona que consulta a todo el mundo antes de tomar una decisión. No es que no sepa decidir, es que necesita siempre el apoyo de alguien porque en relación al abandono, ha desarrollado una dependencia emocional importante. Inseguridad y falta de autoestima lo caracterizan.
  • Frase: “Yo no puedo amar”
  • Clave para sanar: Quien ha padecido las heridas emocionales del abandono en la infancia, deberá superar su miedo a la soledad y las barreras que pone ante el contacto físico. Suelen ser muchas de aquellas personas que dicen estar “muy bien solas, que no necesitan a nadie”. Lo que no necesitan es volver a sufrir sobre la herida abierta. Y hay que tomar consciencia de que, a veces, cuando la soledad no es elegida, puede profundizar la herida, porque si bien nadie lo abandonará si no forma pareja, tampoco estará acompañado, cargando con un abandono permanente.
Sanar las heridas del pasado nos permiten pasar página y vivir
Puedes ser adulto y refugiarte en la soledad a causa de la herida de abandono
Afirmaciones positivas y esperanzadoras aumentarán su autoestima. Y ejercer la solidaridad con quienes sufren abandono y otras tareas de ayuda social pueden hacer que cicatrice.

2. HERIDA

  • El miedo al rechazo: El miedo al rechazo es otra herida muy fuerte porque se desdobla en el propio auto rechazo.  Auto rechazo a nuestras ideas, emociones y forma de ser. La auto descalificación por haber sido rechazado por progenitores o tutores, se repite con los amigos de clase, compañeros de pareja o laborales.
  • La persona se desprecia a sí misma y proyecta ese desprecio que su entorno copia al pie de la letra. Y se lo devuelve, agrandando su herida. Asumen el papel de víctima y les gusta ser halagados. Se auto boicotean en sus necesidades básicas y suelen tolerar demasiado.
  • Máscara: Huida  Al padecer de miedo al rechazo y no sentirse merecedor de cariño, huye de la gente y se aísla. Sufre en silencio ese rechazo ajeno y propio, y lo hace eterno, con su actitud.
  • Frase: “Ya no puedo más”
  • Clave para sanar: La herida de rechazo y abandono son parecidas y tienen sanaciones similares.

Se impone trabajar nuestros miedos profundos y esas situaciones sociales que generan fobia. Los ejercicios de la silla vacía donde podemos “sentar a nuestros miedos y hablar con ellos”, llega a ser muy revelador.

Hay que deja de huir, colocarse en la vida dispuesto a jugar. Soltar el “no lo merezco”. Salir del aislamiento y empezar a disfrutar en compañía. Afirmar que sí puede hacerlo solo, estar solo, decidir solo. Arriesgarse a la vida, con sus pros y sus contras, como hacemos todos.

 3. HERIDA

La humillación, esta herida se genera cuando sentimos que los demás nos desaprueban y nos critican. Y se avergüenzan de nosotros.

Es muy sencillo generar esta herida en nuestros hijos acusándolos de torpes cuando apenas están aprendiendo. Así como vociferar algún problema íntimo frente a los demás: la madre que muestra las sábanas a toda la familia cuando el niño sufre de enuresis.

  • Máscara: Masoquismo. Personas espirituales que se sienten indignas, observadas por el juicio divino y basan toda su vida, en el binomio culpa y castigo. Además, podemos haber aprendido a ser manipuladores y egoístas como un mecanismo de defensa, e incluso a humillar a los demás como protección.
  • Frase: “Necesito ser castigado, porque me comporté mal”
  • Clave para sanar: Para cortar con el masoquismo hay que cortar los juegos de humillación. Retirarse de los sitios y personas que lo humillan y dejar de hacerlo con otros. Para lograr esta tarea, la autoestima y el auto respeto deben fortalecerse con afirmaciones positivas, grupos de apoyo terapéutico o actividades artísticas donde puedan expresarse libremente y no ser “juzgados”

Ayudar al prójimo para compensar la culpa que sienten. Aunque si le echan una mano a alguien, jamás mostrar que les deben agradecimiento o felicitaciones.  Ayudar por el simple hecho de que eso los ayuda a sanarse.

Continuará...

 

 

 

 

 

 

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