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La magia de un verdadero corazón bondadoso

La magia de un verdadero corazón bondadoso

En la actualidad, muchas personas se identifican como religiosas por pertenecer a una determinada organización, tradición o cultura, que les ha transmitido sus valores y creencias desde la infancia.

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LaleskaTorres
@LaleskaTorres

 

En la actualidad, muchas personas se identifican como religiosas por pertenecer a una determinada organización, tradición o cultura, que les ha transmitido sus valores y creencias desde la infancia. Este artículo no tiene la intención de generar controversia, ni de faltar el respeto a ninguna doctrina o fe, pues reconozco que se trata de un tema muy complejo, delicado y diverso, en el que cada persona tiene el derecho de afirmar y defender su propia verdad. Mi propósito es reflexionar sobre la bondad que surge del corazón, sin depender de ninguna creencia o dogma religioso.

 

Buscando la verdadera espiritualidad

La espiritualidad es una dimensión humana que implica el sentido de trascendencia, la conexión con lo sagrado y el propósito de la vida. No se trata de seguir dogmas o rituales vacíos, sino de cultivar una relación personal con lo divino, con uno mismo y con los demás. La espiritualidad nos ayuda a encontrar la paz interior, la armonía y el equilibrio, así como a superar los obstáculos y las dificultades que se presentan en el camino. Para ser una persona espiritual, no basta con repetir frases bonitas o adherirse a falsas doctrinas que prometen soluciones mágicas. Es necesario practicar una meditación profunda y sincera, que nos permita tomar conciencia de nuestra verdadera esencia, de nuestro rol en el mundo y de nuestra capacidad de aceptación y agradecimiento. Solo así podremos experimentar la plenitud y la felicidad que anhelamos.

La madurez psicológica implica tener una visión equilibrada y realista de uno mismo y del mundo que nos rodea. Sin embargo, hay personas que carecen de esta capacidad y se dejan influir por ideas irracionales o fantasiosas que les ofrecen una falsa sensación de seguridad y bienestar. Estas personas pueden ser presa fácil de doctrinas o movimientos que se aprovechan de su vulnerabilidad y les prometen una salvación espiritual o religiosa a cambio de su obediencia ciega. Estas personas confunden la espiritualidad con el dogmatismo, la religión con el fanatismo, y el creer en un ser superior bajo los lineamientos de un líder religioso. Pero la verdadera espiritualidad no se basa en lo que se dice, sino en lo que se hace, y se manifiesta en la bondad, la compasión y el respeto hacia los demás, es la magia de un corazón bondadoso.

 

La bondad verdadera es aquella que nace desde el corazón

La bondad no se limita a una creencia, sino que se expresa en la acción de ayudar desinteresadamente a los demás, de esforzarse por ser una mejor persona cada día persona, de respetar y amar a los padres, familiares, amigos, animales y a uno mismo, pues eso es lo que llena el corazón y el alma cuando se hace con verdadera generosidad. No basta con dar sermones o predicar en un culto, si no se escucha, ni se respeta las opiniones o creencias de los demás que puedan ser diferentes a las propias sin juzgar, sino que también hay que hacer obras que estén al alcance de cada uno, cómo donar artículos, ropa, alimentos a personas o instituciones necesitadas, pedir perdón sinceramente cuando sea necesario reconociendo los errores, pues eso son muestras de un corazón bondadoso.

 

Demuestra tu bondad con hechos y construyamos un mejor mundo para vivir

La bondad es una virtud que se manifiesta en el trato con los demás, sin distinción de credo, cultura o condición. Es una forma de expresar el amor que llevamos dentro, sin esperar nada a cambio. En estos tiempos difíciles, donde muchos sufren por diversas causas, ser bondadoso es un regalo que podemos ofrecer a quienes nos rodean y  también nos beneficia a nosotros mismos. No se necesita tener mucho para ser bondadoso, basta con un gesto, una palabra, una sonrisa, un abrazo, que pueden hacer la diferencia en la vida de alguien que lo necesita. El mundo necesita urgentemente más bondad, más empatía, más comunicación, más respeto, más humildad, más paz. No se trata de imponer una religión, una creencia o una espiritualidad, sino de reconocer el valor de cada ser humano y de convivir en armonía. Tampoco se trata de querer cambiar el mundo con un mensaje, sino de hacer lo que esté a nuestro alcance para mejorar nuestro entorno y por ende poco a poco crear un mundo mejor y mucho menos se trata de fingir ser bondadosos, sino de cultivar un corazón sincero y generoso.

 

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