En los años setenta hubo una de las grandes crisis de la historia de la Edad contemporánea, la del petróleo y como consecuencia de ello, miles de países incluidos los del primer mundo, los que pueden considerarse ricos fueron afectados generando unas consecuencias catastróficas que aún hoy se recuerdan. El aumento de los tipos de interés hasta unos puntos elevados, la cantidad de dinero que había que pagar por las hipotecas, el euribor hizo trizas la vida de muchos ciudadanos. Pero ahora vuelve esa amenaza otra vez con la guerra de Ucrania. En 2008 hubo otra gran crisis, pero lo de ahora es mucho peor desde la crisis de los misiles en los años sesenta, porque ahora puede haber una Tercera Guerra Mundial, es decir, que no solo peligran las políticas liberales de occidente, sino además las condiciones de vida de muchas personas por el encarecimiento acelerado de los productos básicos que todos compran, Hablamos del precio de la luz que se ha disparado, el gas, el petróleo, las harinas y otros cereales y así seguiríamos por que la lista es muy larga. Lo que nos lleva no solo al fenómeno de la inflación que es el aumento de los precios provocando la subida del IPC sino además otro fenómeno mucho más preocupante. Los expertos lo llaman la estanflación, pero ¿qué es y porque debe preocuparnos? la estanflación es cuando se reúnen dos conceptos económicos normalmente antagónicos como son: el estancamiento económico y la alta inflación. Y ningún país está a salvo de este problema.
A nivel europeo los lideres de los países de la Unión europea están tratando de resolverlo con una política financiera de ajustar los precios de la luz a un sistema más barato basado en las renovables y no ligado al precio del gas. España lo ha pedido ya en varias ocasiones durante meses. Por ejemplo se ha puesto en marcha en España un acuerdo de rentas entre sindicatos y empresarios para subir el salario mínimo un 5%, que por lo menos contenga un poco ese efecto devastador sobre las economías más vulnerables ya que la inflación esta a más del 7%. Esperemos que el conflicto no se alargue demasiado en el tiempo, no haya más muertes y la Unión europea con su fortaleza y los mecanismos del Banco Central Europeo pueda contenerla. De todas formas el único que de verdad puede ofrecernos consuelo en esta hora aciaga y consejos es Dios. El único Todopoderoso. No seamos obtusos, contra la soberbia de los poderosos y el empecinamiento de los líderes, está la humildad y la obediencia a Dios. Sólo eso nos puede salvar de la catástrofe.