La famosa frase de Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, se mantiene a través del tiempo y señala que la repetición de algunos argumentos crean la ilusión de una verdad creíble aunque por cierto, falsa.
Todos contamos mentiras alguna vez, tanto a nosotros mismos como a los demás. Es una conducta habitual en las personas. Lo hacemos para justificarnos o librarnos de un castigo por una mala acción.
Sin embargo, la frecuencia y la intención con las que lo hacemos, determinan la gravedad de la mentira. Existen varios tipos de mentirosos: el que quiere agradar y siente que necesita mentir porque si mostrara su verdad, no sería querido (imagina a raíz de la no aceptación de sí mismo) Necesitan no decepcionar a nadie y estan pendientes de la aprobación ajena porque son dependientes emocionales.
Otro tipo de mentiroso es el que se miente a sí mismo y luego cree sus propias mentiras y las repite como un mantra, pero a la larga, todos se dan cuenta de que está fabulando una realidad inexistente pero que se adecua a sus necesidades insatisfechas.
Una mentira lleva a otra: Cuando alguien empieza a no decir la verdad, de a poco deberá entrar en una cadena de mentiras, para no contradecirse. Y cada vez le resultará más dificl ser honesto.
El olvido bajo presión
En este caso, la persona se vuelve muy poco confiable porque tras situaciones de estrés, su memoria se ve influida y quizá ni siquiera sabe que miente.
Simplemente, no recuerda las cosas como fueron.
Engañar en las redes
Sólo un 16% de las personas son completamente honestas en Internet, señala un estudio reciente.
La red da via libre para engañar porque todos creen que los demás mienten y lo hacen para cuidar su privacidad o para resultar más interesantes, sobre todo en las páginas de encuentros amorosos.
Según la biología, el mentiroso tiene sus motivos: engañar puede ser muy reconfortante, y adictivo así como producir emociones positivas. Cuando una persona miente y le creen, y se transforma en el centro de atención, recibe una subida de energìa y de euforia que le da mucho placer.
Mentir en los medios
Las famosas fake news o noticias falsas buscan lograr cuatro cosas: engañar, desestabilizar, influenciar y monetizar. Y lo logran porque tienen una viralidad mucho más grande que una noticia verdadera y quienes las crean y manipulan lo hacen en un momento exacto, a fin de lograr su objetivo, como puede ser ganar una elección a partir de un argumento falso.
Los abusivos mentirosos
Los sociópatas, narcisistas y psicópatas confunden a sus víctimas de manipulación, las que terminan creyendo lo que les cuentan. Al ver a los demás como objetos de los que sacar provecho y no como personas, quienes tengan estos trastornos no escatimarán fábulas para enredarlos y conseguir poder y control sobre ellos.
La narrativa en la política
Los relatos mentirosos se instalan en la mente de la gente y crean realidad, a fuerza de repetición y de técnicas de lavado de cerebro.
Hay que aprender a leer entre líneas y, comunicación gestual y corporal, para estar atentos y saber cuando un funcionario nos pretende engañar. O cuando un medio, oficialista u opositor, delata entre líneas que recibe una paga por decir lo que dice, y que no responde a la verdad.
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