El Prof. de Inglés, Javier Rondón, nació en la ciudad de Caracas el 14 de Febrero de 1976. Después de ejercer su profesión por casi 20 años, el Prof. Rondón, guiado por la Fe, tomó la decisión de incursionar en el ámbito inmobiliario como actividad económica alternativa, porque consideraba que no podía seguir dependiendo de un solo salario.
En Hebreos 11:1, el apóstol Pablo definió la Fe como “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Ese principio de acción y de poder llevó al educador a tener la certeza, seguridad y convicción de que podría llegar a generar ingresos económicos en divisas que le permitirían mejorar su calidad de vida y la de su esposa, Lucy.
En una fresca y soleada mañana de enero del año 2022, el facilitador del aprendizaje salió de su hogar con destino a la Urbanización Manzanares, en el este de Caracas, con la finalidad de hacer realidad su sueño. Tendría una reunión con el Ingeniero José Manuel Martinho, representante de la agencia inmobiliaria estadounidense RE-MAX. En su oficina del Centro Comercial Manzanares Plaza, a las 11:00 a.m., el Sr. Martinho ofrecería una charla acerca del modelo de negocios de la franquicia en la cual se ha desempeñado durante 11 años, y en la que ha podido escalar posiciones gracias a su destacada labor.
Transcurrida una hora y media, el Prof. Rondón se despidió del personal de la oficina administrativa de RE-MAX, luego salió del lugar tranquilamente, y al final se alejó del Centro Comercial ya mencionado. Mientras caminaba hacia la parada de autobús más cercana, el Prof. Rondón se sentía altamente motivado para iniciar el curso de capacitación, cuyo certificado lo acreditaría como Asesor Inmobiliario, y le daría la posibilidad de dedicarse al negocio de la venta de inmuebles en Venezuela o en cualquier otro país del mundo.
A pesar de que el clima en la Urbanización Manzanares era soleado, por momentos se podía sentir una brisa fresca que acariciaba el rostro de las personas. Al mediodía, se observaban adultos mayores con un espíritu joven haciendo ejercicios. El Prof. Rondón sintió sed por un instante, por lo cual sacó una botella mediana de agua mineral para hidratarse un poco hasta llegar a su apartamento, y reunirse con su querida esposa para almorzar juntos.
Estando en la parada de autobús, al docente le llamó la atención que en la zona hubiese un supermercado “Central Madeirense”, cuya sede física tenía una arquitectura moderna. Él se imaginaba la inmensidad del establecimiento comercial por dentro. También era curioso ver que en la zona circulaban más vehículos particulares que unidades de transporte público, y que los propietarios de algunos edificios entraban a sus residencias con botellones de agua mineral. Lo observado permitía inferir que, probablemente, muchas personas no tenían instalado en sus apartamentos un purificador de agua para cocinar ni beber, y que sólo contaban con agua de grifo para realizar sus labores domésticas cotidianas.
El educador pensaba que estaba solo en la parada, pero no era así; junto a él se encontraba una dama joven, como de 49 años de edad, a quien le preguntó, para romper el hielo, hace cuánto tiempo había pasado por allí una unidad de transporte público. Ella le respondió que la última había pasado 15 minutos antes, con sentido hacia las Colinas de Manzanares, y que luego se devolvería. Diagonal a la parada de autobús, había un edificio con un nombre llamativo: MANOA.
Haciendo referencia al nombre del edificio en cuestión, el Prof. de Inglés le preguntó a su acompañante si se había fijado en ese detalle, que se caracterizaba por ser bastante inusual. Ante los comentarios del educador, la señora estuvo de acuerdo con su punto de vista, aunque no lograba entender el motivo por el cual el nombre de esa residencia le parecía tan especial a él.
El Prof. Rondón le explicó que MANOA era el nombre del padre de un personaje bíblico que se convirtió en leyenda: Sansón. Quienes hayan leído alguna vez el relato bíblico o visto películas alusivas al personaje en Semana Santa, sabrán que fue un hombre escogido por Dios para liberar al Pueblo de Israel de la esclavitud a la cual estuvieron sometidos durante 40 años. Los oprimían los filisteos. Un Angel del Señor se le apareció dos veces a los padres de Sansón, y les anunció lo que habría de suceder en la vida futura del joven.
Sansón sería educado y entrenado por sus padres para vivir como un monje. En ese sentido, él sería nazareo, es decir, que para contar con la bendición, protección y ayuda de Dios no debía cortarse el cabello por ningún motivo. Tampoco podía beber vino, ni sidra, ni consumir alimentos que fueran considerados inmundos.
Con el paso de los años, Sansón se hizo adulto y llegó a casarse con una mujer filistea que vivía en una antigua ciudad llamada Timnat. Sin embargo, su matrimonio no duró mucho tiempo. Después de la boda del futuro Juez de Israel con la joven filistea, hubo una gran fiesta para celebrar dicho acontecimiento. En presencia de los asistentes, incluyendo sus padres, Sansón propuso un enigma y una apuesta al mismo tiempo. Señaló que si, en un lapso de 7 días, ellos lograban declararlo y descifrarlo correctamente, él les daría treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta. Si sucedía lo contrario, ellos le darían al joven hebreo el mismo número de prendas de vestir.
En Jueces 14: 1-20 se menciona la adivinanza propuesta por Sansón en su fiesta de bodas: «Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura». Como los invitados no lograban responder el enigma, ellos negociaron con la esposa de Sansón para que buscara la manera de convencerlo de revelar la respuesta. Si fracasaba en su misión, tanto ella como su padre serían asesinados. Pero en el relato bíblico se cuenta que la compañera sentimental del joven hebreo logró su objetivo fácilmente. Por el hecho de haber perdido la apuesta, el joven judío se llenó de ira, mató a sesenta hombres para obtener las vestiduras del acuerdo, y finalmente decidió separarse de su esposa. Los padres de la joven filistea de Timnat le consiguieron a su hija una nueva pareja.
Luego conoció a Dalila, otra mujer filistea que pasaría a la historia como la enigmática, traicionera y misteriosa dama que logró que el poderoso libertador y juez judío rompiera su voto o alianza con el Altísimo. La desobediencia, arrogancia e insensatez se convirtieron en la perdición del joven judío, al punto de que el Creador se apartó de él, y al final tuvo una triste y deshonrosa vida (Jueces 13: 3-14; 14: 1-7; 16: 4).
Conforme la acompañante del Prof. Rondón iba escuchando sus argumentos, ella comenzaba a interesarse, cada vez más, en el tema. Por lo tanto, ella le preguntó qué había sido de la vida de Dalila. En ese instante, el docente de idiomas le respondió que ella había pasado el resto de su vida buscando obtener el perdón del Dios a quien, el hombre que llegó a convertirse en el amor de su vida, veneraba. Cuando Dalila sintió que se había enamorado en verdad de Sansón, ya era demasiado tarde para enmendar el error que había cometido. Sansón existió desde el año 1118 al 1078 a.C., y para el momento de su desaparición física tenía 40 años de edad.
Aparte de enseñar el Inglés como idioma extranjero, el Prof. Rondón era estudioso de la historia; por tal motivo, él estaba compartiendo con su acompañante una información interesante que había obtenido consultando diferentes fuentes biblio-hemerográficas y electrónicas. A la Sra. Sharon Véliz, compañera del Prof. Rondón en la parada de autobús, le parecía súper interesante el tema de conversación, razón por la cual le pidió a él que, por favor, le contara más al respecto durante el viaje de regreso a Chacaíto.
En el libro de Jueces 16: 23-31 de la Santa Biblia se narra que las autoridades filisteas se reunieron para ofrecer un sacrificio a Dagón, el dios pagano a quien ellos le rendían culto. Con alegría, dijeron que su dios había entregado en sus manos a Sansón, a quien consideraban su enemigo, el destructor de su tierra, y el cual había dado muerte a muchos de sus compatriotas.
Sintiendo alegría en su corazón, los filisteos sacaron a Sansón del calabozo en el que lo tenían prisionero, y lo llevaron al templo de su dios para que sirviera de juguete delante de ellos. En otras palabras, el que fuera Juez de Israel por 20 años sería una fuente de diversión y entretenimiento para sus enemigos. Estando en el templo de Dagón, un joven guió de la mano a Sansón, y éste le pidió al muchacho que le hiciera palpar las columnas sobre las que descansaba el templo.
Minutos después, Sansón asió las dos columnas sobre las que descansaba la casa, y elevó una última plegaria a Dios: -Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos-. De repente, el poderoso guerrero sintió que el Espíritu de Dios estaba entrando dentro de él, empujó con todas sus fuerzas las dos columnas, y la estructura comenzó a estremecerse como si estuviera ocurriendo un terremoto. La casa empezó a derrumbarse, de manera que las personas que se encontraban en el lugar entraron en pánico y desearon salir de allí lo antes posible.
En ese instante, Sansón escuchó los gritos desesperados de la multitud, y sus últimas palabras fueron: -Muera yo con los filisteos-. El templo cayó sobre Sansón, las autoridades filisteas y todo el pueblo que estaba allí. Al final de la narración, se cuenta que Sansón mató al morir a más personas que las que derrotó durante su vida. Dentro de los sobrevivientes de la catástrofe se encontraba Dalila, quien lloró amargamente al recordar a su gran amor.
Era el año 1103 antes de Cristo, y se conmemoraban 25 años del sensible fallecimiento de Sansón. Dalila vivía con su único hijo, Micaía, en una modesta casa, la cual poseía todas las comodidades mínimas necesarias para ser habitada y estaba ubicada en Gaza. En Wikipedia, la enciclopedia libre, se explica que Gaza es una estrecha banda de tierra situada en el Oriente Próximo, de la que 51 kilómetros lindan con el suroeste de Israel y otros 11 kilómetros con el noreste de la Península del Sinaí (Egipto). En la actualidad, es un territorio palestino auto-gobernado que, junto con Cisjordania, conforma el Estado de Palestina, gobernado por la Autoridad Nacional Palestina.
Dalila estaba obsesionada con la idea de buscar y encontrar al recaudador de impuestos que le había quitado, ilegalmente, los mil cien siclos de plata que había recibido por la venta de unas joyas de oro, y algo más. El recaudador de impuestos, en una actitud de maldad hacia ella, había hecho mal el cálculo para cobrarle más tributos de los que estaban permitidos, según los principios de la Capitación. La Capitación era un tributo igual por cabeza, sin interesar la condición del sujeto, o sea, todos los habitantes de un determinado lugar, pagaban exactamente igual monto. En la antigua Israel los ciudadanos pagaban otros tributos como los Diezmos y Ofrendas, los cuales eran destinados exclusivamente al sostenimiento del culto y de los auxiliares del culto (lejister.com, 2019).
Casualmente, esa era la misma suma de dinero que unos príncipes filisteos le habían ofrecido a ella en el pasado, a cambio de información con respecto al secreto de la fuerza sobrehumana que su difunto esposo llegó a poseer cuando estaba vivo. Después de la muerte de Sansón, último Juez de Israel, hubo un período en el cual dicha nación no tuvo un rey. Esto quiere decir que, durante ese breve lapso de tiempo, el país estuvo a merced de sus enemigos.
Mientras Dalila preparaba algo para el desayuno, su hijo Micaía entró en la casa cantando y dando saltos de alegría. Saludó a su madre con un afectuoso abrazo, luego le dio un beso en la frente, y por último le dijo que tenía buenas noticias para ella: había logrado recuperar los mil cien siclos de plata y el dinero adicional que el recaudador de impuestos, Shazam Ben-Gali, le había quitado injustamente. El muchacho le confesó a su progenitora que estaba dispuesto a llevarse sólo el monto exacto y dejar lo que le habían cobrado de más; pero como el recolector de impuestos se llenó de ira cuando el muchacho le reclamó por la arbitrariedad que había cometido, entonces el joven reaccionó dándole una golpiza.
-El facineroso quedó en el piso más muerto que vivo, y pidiendo clemencia -dijo el joven-. En ese momento, Micaía comenzó a reírse con ganas, pero su madre no reaccionó de la misma manera. Ella se indignó y comentó que no podía creer que él hubiera hecho eso. Se preguntaba a dónde habían ido a parar los valores de honestidad, amabilidad, respeto y consideración que le había enseñado. Dalila sabía que Shazam Ben-Gali era un hombre ruin, codicioso y sin escrúpulos, pero pensaba que no merecía haber sido lastimado salvajemente por dinero. Asimismo, ella lo hizo reflexionar enfatizando que era un adulto mayor que podría ser su abuelo. Para terminar su sermón, Dalila se tomó la libertad de recordarle que nadie tiene derecho a tomar la justicia en sus manos.
Después de escuchar el enérgico llamado de atención de su madre, Micaía reconoció que ella tenía toda la razón del mundo, y que se había excedido en el trato hacia ese pobre hombre. Para enmendar su error, el joven se comprometió a llevar al anciano a un médico para que lo examinaran en detalles y le prescribieran un tratamiento orientado a curarlo de todas las lesiones y heridas físicas que le había causado, dejándose llevar por lo que le dictaba su corazón. El usaría su razón e intelecto, costeando los gastos médicos de Shazam Ben-Galí con el mismo dinero que él había obtenido de más durante la jornada de recaudación de impuestos del mes pasado.
Al escuchar las sabias palabras de su hijo, Dalila se sintió sumamente orgullosa de él y oró para que el Dios en quien creía su difunto esposo abriese las ventanas de los cielos, y derramase una lluvia de bendiciones sobre él, por la decisión piadosa y misericordiosa que había tomado. Como incentivo por su iniciativa, lo felicitó. De inmediato, Micaía se despidió de su madre y salió de su casa para reunirse con el viejo recaudador de impuestos del Gobierno de Gaza.
Al llegar a la casa del viejo recaudador de impuestos, Micaía encontró la puerta entre abierta, y eso le generó cierta suspicacia. Pensó que, quizás, algo extraño podía haber sucedido antes de su llegada al lugar. Al entrar a la casa, todo estaba silencioso, así que decidió recorrer cada uno de los espacios en búsqueda de la persona a quien venía a visitar.
Para su tranquilidad y sorpresa, encontró en la cocina una olla de hierro, con boca ancha, que contenía arroz con pollo recién preparado; una bandeja de loza con ensalada de vegetales; y dos jarras de cerámica vidriada que contenían jugo de sandía y agua fresca para beber, respectivamente. Los alimentos olían muy bien, y era evidente que habían sido preparados por una excelente cocinera. El cansancio producto de la caminata hasta la casa del anciano le produjo hambre y sed, así que se tomó la libertad de servirse algo de comer y beber.
Para ello, se acercó a la despensa donde se guardaban los utensilios de cocina, luego tomó un plato y un vaso grande de barro cocido, y finalmente un cuchillo y tenedor mediano de hierro. El joven era algo refinado en lo que se refiere a la manipulación de los alimentos, para cuidar su salud. Los utensilios de oro, plata y bronce eran objetos ceremoniales judíos sagrados, y sólo se podían encontrar en los templos de la antigua Israel: -Más toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, sean consagrados a Jehová, y entren en el tesoro de Jehová- (Josué 6:19).
Lo sorprendió in fraganti en la cocina la sierva del recaudador de impuestos, cuyo nombre era Shakira Tarkan. En un tono de sorpresa y rabia a la vez, la Sra. Tarkan le pidió que se identificara y que le explicara qué estaba haciendo él allí. Micaía, en un tono de susto, se disculpó e identificó, y luego le aclaró el motivo de su visita. Indicó que se había enterado de la agresión sufrida por el Sr. Ben-Gali a manos de un hombre más joven por dinero, que estaba recuperándose en casa, y le expresó su deseo de llevarlo ante un galeno para que recibiera atención médica integral, a fin de que se curara definitivamente de todos sus males físicos. -Quiero costear todos los gastos médicos de él -dijo Micaía-.
La Sra. Tarkan se alegró al oír las palabras del joven. Seguidamente, ella se identificó como empleada del recaudador de impuestos, aclaró que lo había estado atendiendo dándole de comer y beber, y que se encargaba de mantener limpia su casa.
Micaía reconoció que todo estaba impecable, aprovechó la oportunidad para felicitar a la sierva del recaudador por lo deliciosa que estaba la comida, y ofreció disculpas sinceras por su atrevimiento al haberse servido algo de comer y beber sin permiso de nadie. Justificó su actitud, explicándole a la Sra. Tarkan que había venido caminando desde muy lejos hasta allí, y que tenía mucha hambre y sed.
La sierva del recaudador de impuestos le dijo que no había problema, pero le recomendó que no volviera a hacer eso de nuevo cuando pensara visitar a alguien en el futuro. Posteriormente, ella condujo al joven hasta la habitación del Sr. Shazam Ben-Gali. El anciano descansaba plácidamente en su cama, estaba arropado, llevaba puesta ropa limpia, tenía algunas hematomas en su cara y notó que le habían puesto una compresa de agua fría en la frente. Al parecer, había tenido fiebre de casi 40 °C la noche anterior y estuvo delirando.
De repente, el Sr. Ben-Gali comenzó a decir cosas extrañas estando dormido, las cuales pusieron nervioso a Micaía. En su delirio, el anciano le pedía a Micaía que lo perdonara por las molestias ocasionadas a su madre, que no había sido su intención perjudicarla, que dejara de golpearlo, y que tuviera misericordia de él. La sierva del recaudador de impuestos se horrorizó al escuchar las palabras de su señor, miró al joven inmediatamente, y le preguntó si él era la persona que había agredido a su señor por dinero.
Avergonzado, Micaía se excusó diciendo que podía explicar con lujo de detalles todo lo que había sucedido, pero que la historia era larga de contar. -No importa lo que haya pasado, pero me imagino que todo aconteció por alguna razón. Antes de trabajar para el Sr. Ben-Gali, mis amigas me contaron cosas terribles de él, pero me negaba a creerlas porque pensaba que era un hombre gentil, sabio, justo y bondadoso. Sin embargo, con el paso de los años descubrí que, valiéndose de su posición como recaudador de impuestos del Gobierno de Gaza, llegó a estar involucrado en actos de corrupción administrativa, y afectó la vida económica de muchos ciudadanos decentes y humildes con sus prácticas poco éticas –aseguró la Sra. Tarkan-.
Al escuchar la narración de la Sra. Shakira Tarkan, Micaía se tranquilizó y sintió que su proceder había sido un acto de justicia social, en defensa de aquellas personas a quienes el Sr. Shazam Ben-Gali había perjudicado grandemente en su juventud. En ese momento, recordó la promesa que le había hecho a su madre, y le pidió a la sierva del viejo recaudador de impuestos que lo ayudara a levantarlo de la cama. Los dos se encargaron de llevarlo a la casa del Dr. Silas de Atenas, famoso médico griego que tenía la reputación de ser un experto en medicina alternativa. De hecho, tenía la facultad de curar cualquier enfermedad o malestar físico con infusiones a base de plantas medicinales.
Efectivamente, el facultativo griego logró sanar de todos sus males al adulto mayor. -Le recomiendo al paciente que se tome todas las noches, antes de dormir y por 10 días, una taza caliente de infusión de flores de caléndula, que sirven para tratar las contusiones leves. Adicionalmente, debe recibir un masaje en aquellas zonas de su cuerpo donde sienta dolor, con una loción a base de árnica, todas las mañanas y por 15 días. Las hojas y las flores de árnica tienen un efecto anti-inflamatorio y analgésico. Por último, es muy importante que reciba un masaje extra en las tardes, directamente en la piel y por 1 mes, con una crema de áloe vera. El gel que se extrae de la penca de la planta puede ayudar a reducir los hematomas, desinflamar, desinfectar y favorecer una buena regeneración de la piel -fueron las indicaciones del Dr. Silas de Atenas-. Minutos después, el médico recibió el pago por la consulta, y después se retiraron del consultorio Micaía, la Sra. Tarkan y el Sr. Ben-Gali.
En un lapso de seis meses, aproximadamente, el viejo recaudador de impuestos volvió a retomar el control de su vida. El Sr. Shazam Ben-Gali siguió ejerciendo sus funciones, pero esta vez con justicia y honestidad. De todo lo que recaudaba, apartaba un 10% y lo entregaba como Diezmo a la casa de Dios. También hacía ofrendas que eran utilizadas por los sacerdotes del templo en el cual se congregaba él, para ayudar a las personas más necesitadas y costear los gastos de mantenimiento de la casa de Dios. De esa manera, el Sr. Ben-Gali, cual hijo pródigo, volvió a servir al Dios de Sansón y obtuvo grandes bendiciones hasta el último día de su vida. Falleció en el último mes del año 1103 antes de Cristo.
La desaparición física del viejo recaudador de impuestos conmocionó a la opinión pública de Gaza, especialmente a Dalila y a su hijo Micaía. Al menos, ambos se sintieron en paz porque tuvieron la oportunidad de perdonarlo por el daño que les había causado en vida, y quedaron satisfechos por haberle brindado asistencia médica para que pudiera pasar el resto de sus días con salud. Tuvo prosperidad y bendiciones verdaderas de parte del Dios de Sansón, cuando se arrepintió de sus pecados y logró obtener la salvación de su alma. Nunca disfrutó las riquezas que obtuvo de manera ilícita, durante su breve existencia en este mundo. El Gobierno de Gaza, por su parte, le rindió los honores póstumos respectivos, por haber sido un alto funcionario del Estado.
Un mes después del funeral del recaudador de impuestos del Gobierno de Gaza, Dalila se encontraba en su dormitorio preparándose para dormir. De repente, percibió un extraño olor a vainilla que la motivó a dirigirse a la cocina de inmediato. Para su sorpresa, nadie estaba cocinando ningún postre. Luego se acercó al dormitorio de su hijo Micaía, pero no estaba allí. Recordó que él no pasaría la noche en casa, porque asistiría a una fiesta con sus amigos y compartiría con ellos desde el crepúsculo hasta el amanecer.
Segundos después, la viuda de Sansón regresó a su habitación. Cuando se disponía a dormir, volvió a percibir el olor a vainilla. Después, la habitación comenzó a temblar como si se tratara de un sismo, todo se iluminó como si hubiese entrado la luz del sol al mediodía, y se abrió una especie de portal dimensional. Finalmente, salió del portal un Angel del Señor. Lucía como un hombre de 1.90 metros de estatura. Tenía cuerpo atlético; su cabello era rubio, largo y liso como el oro; su color de piel era blanco como la espuma del mar; tenía ojos claros; y su atuendo era resplandeciente. Dicha luz podía deslumbrar a quien la mirara fijamente.
El misterioso personaje se mostraba ante Dalila con una actitud serena y pacífica. La expresión en el rostro de la mujer era de mucho miedo y temor, pero se fue calmando gracias a la energía de paz que le transmitía el ser de luz. Minutos después, el Angel del Señor rompió el silencio diciéndole a la mujer filistea: -¡No tengas miedo, Dalila! Mi nombre es Micah, y he venido a traerte un mensaje de parte del Dios de Sansón. El Señor de los Ejércitos conoce tu historia, y sabe que tienes una gran aflicción espiritual. Él te perdona por lo que le hiciste al guerrero que escogió para que salvara a su pueblo Israel de la opresión de los filisteos. Diste un primer paso para redimirte y alcanzar la salvación de tu alma, perdonando al recaudador de impuestos Shazam Ben-Gali; pero eso no es suficiente -Hubo un breve momento de silencio entre los dos-.
Antes de que el misterioso personaje continuara explicándole a Dalila los lineamientos del Señor de los Ejércitos, ella reconoció que le había hecho mucho daño al hombre de quien se enamoró, cuando le reveló a sus enemigos jurados el secreto de su gran poder (que no era de este mundo), permitió que las autoridades gubernamentales de su pueblo lo dejaran literalmente sin vista, lo encarcelaran y lo sometieran al escarnio público. Manifestó que estaba muy arrepentida, y que tenía la disposición de hacer todo lo que fuera necesario para preservar el legado de su esposo, y alcanzar la salvación de su alma. -Eso es lo más preciado para mi en este momento -dijo Dalila-.
Micah, el Angel del Señor, indicó que Dios sabía que ella tenía un hijo adulto con la edad para independizarse y formar su propia familia, pero que debía cumplir una misión más grande primero. Seguidamente, le recomendó conversar con él y salir juntos de su hogar. Con el dinero que habían recuperado, Dalila y su hijo debían mudarse a Jaffa, uno de los puertos más antiguos del mundo, y dirigirse al Templo del León para hacerle unas remodelaciones. Después de culminar los trabajos de restauración del templo, en ese lugar sería venerado con mucha fe y gran devoción el Dios de Sansón.
Jaffa fue fundada por Jafet, el hijo de Noé, tras el Diluvio Universal. También se especifica que la primera ciudad amurallada data del año 1800 a.C. (wikimapia.com, 2022). Wikipedia, la enciclopedia libre, nos dice que el Puerto de Jaffa está ubicado en la llanura costera de Israel, está bañado por el Mar Mediterráneo, y es famoso por su vinculación con las historias bíblicas de Jonás, Salomón y Simón Pedro, el apóstol de Nuestro Señor Jesucristo. El 24 de Abril de 1950, la vieja ciudad portuaria de Jaffa se fusionó con la nueva ciudad de Tel Aviv, y luego se estableció el Municipio de Tel Aviv-Yafo. Su población se censa dentro del municipio que forma con Tel Aviv, y se estima en unos 54.000 habitantes; el 74% son judíos y el 26% árabes, la mayoría de los cuales residen en el barrio de Ajami.
El mensajero de Dios dijo que Micaía, el hijo de Dalila, se convertiría en sacerdote del Templo del León. Para ser consagrado como sumo sacerdote, debían buscar y encontrar al profeta Jonás, quien se encargaría de todos los preparativos para la memorable ceremonia. -Dalila, tu hijo se presentará ante el profeta con una túnica blanca con diseño griego, ajustada con un cinturón de plata, y portando un medallón de oro con una imagen grabada: la de un hombre fuerte, con cabello largo, enfrentándose a un león -añadió Micah-.
Dalila no podía creer lo que escuchaba, pero aceptó la profecía con mucha alegría. El Ángel del Señor le indicó que, al ser capacitado como sacerdote del Templo del León, Micaía obtendría un poder más especial que el de su padre. Podría sanar personas enfermas con sólo tocarlas, resucitar muertos, hablar idiomas extranjeros, tener fuerza sobrehumana, desarrollar las habilidades de un guerrero y semi-dios como Aquiles, y otras destrezas que iría descubriendo con el tiempo.
El Dios de Sansón estaría con él hasta el fin de sus días, y le otorgaría la victoria sobre sus enemigos. Habiendo cumplido su misión, Micah, el Ángel del Señor, se despidió de la mujer filistea, entró al portal dimensional, y el mismo se cerró ante sus ojos. Todo estaba oscuro de nuevo en el dormitorio de Dalila.
A la mañana siguiente, la mujer filistea le contó a su hijo acerca del mensaje que había recibido de parte del mensajero del Creador de los Cielos y la Tierra. Micaía escuchó el testimonio de su progenitora sin entristecerse ni deprimirse, le dio un abrazo amoroso, y de inmediato preparó su equipaje para emprender con su madre el viaje a Jaffa. A su llegada a la antigua ciudad portuaria, Dalila y su hijo se propusieron buscar y hallar al profeta Jonás, siguiendo las instrucciones dadas por el Ángel del Señor en Gaza.
Después de recorrer gran parte de la ciudad, un transeúnte le informó a Dalila y Micaía dónde encontrar al profeta Jonás. El informante clave resultó ser un albañil llamado Mustafá Ben-Hur, quien lo conocía desde que era un niño. La mujer filistea y su hijo se alegraron mucho y le pidieron que los llevara ante él. Minutos después, el albañil hizo los arreglos para que Dalila, Micaía y el profeta Jonás se conocieran. La viuda de Sansón le reveló al profeta el mensaje de Micah, el Ángel del Señor, y éste inició la ceremonia de consagración lo antes posible.
Era imperativo que Dalila le diera estricto cumplimiento al mandato del Dios de Sansón. Hora y media después de haber sido capacitado como sacerdote del Templo del León, el Espíritu de Dios entró en Micaía y le fueron otorgados poderes mas grandes que los de Sansón, para que pudiera cumplir su destino con gran facilidad.
El profeta Jonás hizo los preparativos junto con su albañil, Mustafá Ben-Hur, para dar inicio a la remodelación del Templo del León. El Templo del León debe su nombre a un cráneo de leona encontrado en su interior, que al parecer fue utilizado en un ritual realizado allí en la época de los cananeos, y también el altar que sirve para la adoración de la diosa cananea Ashthoreth (wikimapia.org, 2022). El profeta Jonás aprovechó la oportunidad para recordarle a Dalila y a su hijo, Micaía, lo que registró Moisés en el libro del Éxodo de las Sagradas Escrituras, y que tiene relación con los Diez Mandamientos. -Dios le dijo a su siervo, Moisés: No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen- (Éxodo 20: 3-5).
Posteriormente, le dio instrucciones a su amigo, el albañil Mustafá Ben-Hur, de remover todo tipo de imágenes que se encontraran en el templo. Para los trabajos de remodelación del Templo del León, contaron también con la colaboración del Ingeniero Aaron Shalom, quien supervisaría el trabajo de todos los obreros que re-acondicionarían el lugar. En aproximadamente tres meses, la obra estuvo terminada y la fiesta de inauguración fue monumental. El día de la inauguración del templo, se encontraba en el lugar Judas Abdul, miembro de una organización terrorista que cometía crímenes contra la humanidad en nombre de Dagón, el dios pagano a quien ellos veneraban en la clandestinidad.
Él reconoció a Dalila, y sabía que ella había tenido un vínculo afectivo muy fuerte con Sansón, el antiguo enemigo de su pueblo. Sigilosamente, se retiró del lugar y se dirigió al cuartel general de la organización terrorista “Dagón Vive”, para contarle a sus compañeros de lucha acerca de lo que había visto y escuchado. Ellos se sorprendieron al escuchar el relato de su espía, porque pensaban que Dalila había fallecido el día en el que Sansón destruyó el templo de su dios en Gaza, hace 25 años. Consideraron que el hecho de que Dalila estuviera viva representaba una amenaza para su causa.
Mientras los guerrilleros planificaban su siguiente conspiración, Dalila y Micaía cumplían a cabalidad la misión que el Dios Altísimo les había encomendado. Micaía comenzó a ganarse el cariño y el respeto de los habitantes de Jaffa, predicándoles un mensaje de amor, paz, salvación espiritual, y les hacía un llamado a indignarse ante las injusticias que se presentaban en sus vidas. Al mismo tiempo, Dalila aprovechaba la oportunidad para contarle al pueblo historias relacionadas con las grandes hazañas de su ex-esposo en vida. De esa manera, estaban preservando el legado del Poderoso Sansón.
Tal y como Dios le prometió a Dalila, su hijo llegó a hacer grandes milagros tales como sanar personas enfermas, resucitar muertos, multiplicar alimentos, dar discursos en otros idiomas, y ganar almas para el Creador. Las personas que recibieron bendiciones de Dios por medio de Micaía, Su sacerdote, contaban sus testimonios en el templo para la honra y gloria del Supremo Autor. Las noticias acerca del movimiento evangelizador de Dalila y su hijo llegaron a oídos de los miembros de la organización terrorista “Dagón Vive”, y llenos de rabia y resentimiento dijeron que era el momento de actuar.
Los insurgentes se trasladaron hasta el Templo del León, para tomarlo por asalto y destruirlo. No era un acto de venganza, sino de justicia por todos los “filisteos inocentes” que, según ellos, fallecieron en Gaza 25 años en el pasado. Consideraban que ese crimen contra la humanidad no podía quedar impune. El ataque se realizaría a las 3:00 p.m., hora en la que se celebraría una reunión especial en el lugar antes mencionado, denominada “La Tarde del Alma”. Dalila estaría entre el público escuchando el mensaje inspiracional que su hijo, Micaía, le transmitiría a los miembros. Ellos aprenderían a comunicarse con Dios a través de la oración, los pasos a seguir para ser bautizados con el Espíritu Santo y cómo prepararse para la salvación de su alma en vida.
Los insurgentes entraron en el templo violentamente, se identificaron ante los asistentes y le anunciaron a todos que estaban secuestrados. -Los líderes de este grupo son los mismos que, hace 25 años, quisieron comprar mi consciencia ofreciéndome mil cien siclos de plata a cambio de información acerca del origen de la fuerza sobrehumana de Sansón, mi ex-esposo -pensó Dalila por un instante-. En ese momento, Micaía le pidió a la audiencia que no se pusieran nerviosos y que procuraran mantener la calma. Segundos después, Dalila intervino diciendo en voz alta que no les tenía miedo, y que no se saldrían con la suya si pretendían tomar venganza por lo que había sucedido en el pasado. Asimismo, enfatizó que tanto ella como su hijo servían a un Dios vivo y mucho más poderoso que “su Dagon”, y que todos sus maquiavélicos planes serían frustrados.
Mientras amenazaba con una daga al ingeniero que supervisó la re-construcción del templo, el mercenario Judas Abdul se dirigió directamente a Dalila expresando que su ex-esposo, Sansón, había cometido un crimen contra la humanidad matando a cientos de filisteos inocentes, y que su presencia en ese instante tenía un objetivo claro: lograr que ese delito no quedara impune. En tono de amenaza, el guerrillero se atrevió a predecir que nadie saldría con vida. La mujer filistea con una actitud de absoluta confianza, afirmó que todo lo que el insurgente acababa de decir era una gran mentira.
Como ciudadana filistea de nacimiento, ella reconocía que las autoridades gubernamentales habían cometido, a lo largo de los años, delitos graves como esclavizar a otras naciones, y nadie hacía nada para impedir eso. Añadió que ellos habían esclavizado al Pueblo de Israel durante 40 largos años y que, por esa razón, el Dios a quien su hijo y ella servían en la actualidad había escogido a su esposo para que liberara a esa nación de tanto sufrimiento. -¡Por el poder que Dios me otorgó, que los filisteos y todos los gobiernos tiránicos del mundo desaparezcan de la faz de la tierra para siempre! -fueron las palabras mágicas que el sacerdote del Templo del León pronunció con fe absoluta-.
En el Templo del León hubo un silencio sepulcral al principio, pero segundos después todo se estremeció, al punto de que se oyó el sonido de trompetas, y un gran portal dimensional se abrió en el techo del templo. De allí salió un ejército de guerreros celestiales, y luego una nave espacial de la cual saldría su comandante y líder: Micah, el Ángel del Señor. Todos llevaban puestas armaduras de batalla y armas cuya tecnología era desconocida aquí en La Tierra. Los guerrilleros filisteos se llenaron de ira y corrieron velozmente hasta el lugar donde se encontraban los poderosos seres de luz. El ejército proveniente del Reino de los Cielos superaba en número a los mercenarios de la organización terrorista “Dagón Vive”.
La batalla culminó en cuestión de 15 minutos, pues todos los villanos habían sido derrotados con mucha facilidad. Con sus armas sofisticadas de otro mundo, los ángeles de Dios desintegraron las armas obsoletas de los terroristas filisteos, y éstos se convirtieron en retratos que quedaron plasmados en los muros y la cúpula del templo. Todos los asistentes a la reunión especial denominada “La Tarde del Alma” dieron gracias al Señor por el milagro del cual habían sido testigos, y aplaudieron con fuerza y entusiasmo. Minutos después, Dalila se acercó hasta Micah, el Ángel del Señor, para expresarle su agradecimiento por haber escuchado la plegaria de su hijo. Micah le comentó a Dalila que El Señor de los Ejércitos siempre estuvo pendiente de ambos, y que le había dado instrucciones precisas de acudir en su defensa al enterarse de lo que estaba aconteciendo en su Casa de Oración.
Dalila le dio un abrazo al mensajero del Señor, luego lo miró y al final le sonrió con alegría. Lo que ella no esperaba, aconteció segundos después: de la cúpula del templo salió un rayo de luz que envolvió a Micah, el Ángel del Señor. Un fuerte viento sopló dentro del templo y, ante muchos testigos, Micah cambió su apariencia. El mismísimo Sansón estaba frente a Dalila. De los ojos de la mujer brotaron lágrimas de alegría, y luego abrazó al amor de su vida. -¡Yo misma te vi morir en el templo de Dagón en Gaza, hace 25 años! ¿Cómo puedes lucir como si nada te hubiese sucedido? -fueron las primeras palabras de Dalila, cuando dejó de llorar y se tranquilizó-.
Después de escuchar sus reflexiones, Sansón le explicó que todo había sido un milagro del Señor a quien ambos servían. Unos ángeles del Creador lo rescataron de entre los escombros del templo de Dagón, luego lo llevaron hasta una esfera de luz voladora, y finalmente lo acostaron en una especie de altar dentro de la nave espacial. En ese lugar fue sanado de todas sus heridas y lesiones. -¡Hasta recuperé la visión! -dijo él-.
Dalila estaba inmensamente feliz por el maravilloso reencuentro con su esposo, Sansón. El profeta Jonás, quien también se encontraba en el templo, se acercó hasta ellos y le comentó a Dalila: -¿Qué le ha pasado a su rostro? Usted lucía como una mujer de 55 años, y ahora se ve como una de 30 años. ¡Esto es increíble!-. Dalila se miró en un espejo, y se asombró por lo que estaba observando. Micaía experimentó una sensación de sorpresa y admiración que lo motivó a alejarse del altar, acercarse al lugar donde se encontraba su madre y saludarla efusivamente. El milagro se extendió también a Dalila, quien recuperó su belleza de antaño.
La mujer filistea aprovechó la oportunidad para que el Sacerdote del Templo del León interactuara con su padre, quien había sido resucitado por el Creador de los Cielos y la Tierra. El joven pensaba que todo lo que estaba ocurriendo era una fantasía, pero su padre le demostró lo contrario. Conversando con él, le explicó que ya tenía la edad y la madurez para independizarse y formar su propia familia, y que el tiempo de permanencia de su madre en la Tierra había llegado a su final. Dicho esto, Sansón bendijo a su hijo Micaía, lo abrazó y le prometió que tanto él como su madre lo estarían monitoreando desde su nuevo domicilio, de ahora en adelante.
Minutos después, Sansón se reunió con Dalila y le explicó que su tiempo de permanencia en la Tierra había llegado a su fin, y que debía emprender con él un viaje hacia la eternidad. Por haber cumplido a cabalidad la misión que Dios le había encomendado, el alma de Dalila se salvó para siempre y pudo entrar al reino donde vivía su esposo. Con respecto a Micaía, Sansón le comentó a su eterno amor que el joven no continuaría asumiendo el cargo de Sacerdote del Templo del León por mucho tiempo, y que pronto sería sustituido por otra persona: un levita proveniente de Belén de Judá.
Estando aún abierto el portal dimensional, Sansón tomó de la mano a su amada, se dirigieron juntos a la nave que los llevaría al Reino de los Cielos, y ésta se elevó. Luego, los ángeles guerreros alzaron el vuelo y escoltaron el vehículo extraterrestre. Después de atravesar todos el portal dimensional, éste se cerró ante la mirada atónita de los asistentes a la reunión denominada “La Tarde del Alma”.
De regreso al futuro, en Venezuela, la buseta estaba llegando a Chacaíto. Dentro de la unidad de transporte público, el Prof. Javier Rondón y su amiga, Sharon Véliz, seguían charlando animadamente. El docente comentaba que David fue rey de todo Israel, y que los filisteos fueron derrotados y sometidos durante su reinado. En ese instante, la Sra. Véliz le preguntó al profesional de la enseñanza dónde vivieron los filisteos y cuál había sido el origen de ese pueblo, pero fueron interrumpidos por el ayudante del chófer, cuando éste le anunció a los pasajeros que esa era la última parada.
Los dos amigos caminaron hasta el C.C. Chacaito. Estando en un pequeño restaurante del lugar, el Prof. Rondón respondió las preguntas de la Sra. Véliz, citando parte de un artículo publicado en un sitio web. El artículo explica que los filisteos vivieron en el territorio Israelí y Palestino desde aproximadamente el siglo XII antes de la era común, que son mencionados repetidas veces en el Antiguo Testamento así como en fuentes asirias y egipcias, que tenían un estado centralizado, y que fundaron una coalición de cinco ciudades-estado: Ashkelon, Ashdod, Gath, Ekron y Gaza (churchofjesuschrist.org, 2022).
En lo que se refiere al origen de ese pueblo, y haciendo referencia al mismo artículo, el Prof. Rondón agregó que algunos investigadores creen que los filisteos vinieron de Grecia o la costa de Anatolia, mientras que otros sugieren que emigraron de Chipre o Sicilia, o de otras regiones del Mediterráneo Oriental.
Por su parte, la Sra. Véliz le comentó a su acompañante que había leído en Internet que, en Agosto del año 2012, un grupo de arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv había anunciado el descubrimiento de un sello de piedra circular, de aproximadamente 15 mm (0,59 pulgadas) de diámetro, que se encontró en el piso de una casa en Beit Shemesh y parece representar a un hombre de pelo largo asesinando un león, lo que coincide con el relato bíblico de Sansón (nmas1.org, 2022).
-En el mismo sitio web se explica que el sello está fechado en el siglo XII a. C. No obstante, según el periódico Haaretz, los directores de la excavación, el profesor Shlomo Bunimovitz y el Dr. Zvi Lederman de la Universidad de Tel Aviv, dicen que no sugieren que la figura humana en el sello sea el Sansón bíblico -indicó la Sra. Véliz-. El Prof. Rondón le comentó a la Sra. Véliz que esa piedra circular podría ser el medallón que usó Micaía cuando fue sacerdote del Templo del León en Jaffa, y que luego recibió en herencia su sucesor, el levita de Belén de Judá.
Tal y como lo predijo Sansón, un levita llegó por casualidad a la casa de Micaía en Jaffa. Cuando Micaía abrió la puerta y vio al visitante, le preguntó: -¿De dónde vienes?. El levita respondió: Soy de Belén de Judá, y voy a vivir donde pueda encontrar lugar. Entonces Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y serás para mí padre y sacerdote. Yo te daré diez siclos de plata por año, vestidos y comida. El levita se quedó- (Jueces 17: 7-10).
Después del fascinante intercambio de saberes descrito anteriormente, un secreto fue revelado: la Sra. Véliz era Licenciada en Filosofía y Letras, egresada de la Universidad de Los Andes en Mérida, y le encantaba leer textos de cualquier género. Pero lo más sorprendente para el Prof. Rondón fue que ella le propuso crear una historia en forma de cuento o ensayo, y participar en un concurso que estaba organizando el personal directivo de la Clínica Sanatrix. Ella conocía a uno de los miembros del Jurado Evaluador, pero este podría ser el tema de otra historia del MULTIVERSO BÍBLICO.
Aún cuando esta historia combina elementos históricos y de ficción, le deja a los lectores una moraleja o enseñanza: la obediencia es la mayor virtud del ser humano, es decir, que una persona puede llegar a tener má