No hay nada tan importante para el ser humano, que tener libertad, ser libre y sentirse libre. Todos queremos libertad. Sin embargo nos atamos y esclavizamos estúpidamente a un sinfín de tiranos. La libertad es algo que hay que conquistar cada día. Es un don que solo lo posee quien tiene la furia de romper las ataduras que la vida en sociedad le va tendiendo alrededor diariamente. Ejerces tu libertad cuando te liberas de ataduras y esclavitudes internas o externas.
Puedes decir, ejerzo mi libertad cuando me libero de: la tiranía, de mi organismo destructor, mis instintos animales ciegos, consumismo superfluo e inútil, orgullo ridículo de pretender ser siempre la estrella, sentir rabia hacia los demás, borreguismo vulgar de la moda del momento, poderoso hombre porque tiene mucho dinero y muchos esclavos, convencionalismos sin sentido, del qué dirán, aficiones y hobbies esclavizantes del miedo al dolor, al ridículo, a la enfermedad, la pobreza, la muerte, del negocio absorbente, la técnica deslumbrante y encantadora, creencias impuestas sin libre aceptación, de mi terquedad, la pegajosa propaganda, las ideas de los que suelen llamarse portavoces del pueblo…, podríamos seguir, porque son muchísimas.
¿Pero sabes de cuales otras tiranías debes liberarte? Estoy segura que muy dentro de ti, lo sabes querido lector, así como me pasa a mí, nos pasa a todos, cuánto cuesta lograrlo. Sé que te has cuestionado, al leer sobre algunas de estas esclavitudes y te preguntarás ¿Qué le pasa? ¿Cómo vivir sin dinero, ni trabajo, mis hobbies? Uno tiene que vivir en sociedad. Pero por un momento piensa lo siguiente. Todo lo de la vida es bueno, solo que se convierten en malas cuando nos esclavizan. Lo importante es poseer las cosas, no ser poseídos por ellas. ¿Quieres ejemplos diarios? El celular, la computadora, el licor, las drogas. No sigo, ¡nooooo!… son muchísimas más. No sirve de nada engañarse. Muchos hombres son cazadores de dinero, sin darse cuenta que ha sido cazado por el dinero y otras cosas. Dedican la mayor parte de su vida a tener más y poco a SER MÁS, a vivir intensamente como persona, pretendiendo tener dinero para ser feliz, sin lograrlo, el dinero los esclavizo. Nadie puede ser feliz siendo esclavo. Serás feliz con libertad y en libertad. Es nuestra naturaleza.
¡Cuánta magia encierra la palabra libertad!, con un eco infinito desde el comienzo de la vida, por el mundo entero. Recuerdo cuando éramos estudiantes muy jóvenes, en la universidad, protestando por las calles, expresando con libertad, clamando contra alguna diferencia política. Los tiempos han cambiado.
Muchos ahora claman por libertad, mientras siguen esclavizados a su flojera, a los vicios, costumbres, al ruin egoísmo, la discoteca de moda, a su falta de freno en sus bajos instintos. Es fácil demandar a los demás aquello de lo que carecemos, cuando es a nosotros mismos a los que debemos exigirnos. La libertad es digna, sagrada. Dios permite que nos sigamos ofendiendo y a él, destruyéndose, abusando de la libertad. La libertad implica responsabilidad. Solo es libre el que es responsable ante sí, los demás y Dios. La libertad interior es ese gran reto que se le plantea al hombre moderno.
Descubre tus esclavitudes, se feliz, se libre.