En el año 1666, un acontecimiento extraordinario se desplegó en las costas de Costa Rica que cambiaría el destino del país para siempre. El 8 de abril de ese año, dos infames piratas, Mansfield y su teniente Morgan, desembarcaron cerca de Limón con una horda de aproximadamente 600 hombres sedientos de conquista y saqueo. Su objetivo: someter a la nación a su voluntad.
El valiente Gobernador de Costa Rica no se quedó de brazos cruzados. En un esfuerzo desesperado por detener la invasión, movilizó una comitiva de 300 hombres, compuesta por españoles e indígenas, para enfrentar a esta amenaza que se cernía sobre su tierra.
El Milagro Celestial de la Virgen de Ujarrás
Mientras tanto, en la tranquila localidad de Turrialba, en Cartago, se estaba llevando a cabo una procesión especial. La venerada imagen de la Virgen de Ujarrás había sido trasladada allí, donde fieles devotos se habían congregado para elevar sus plegarias y suplicar la protección divina. Pedían a la Virgen María que velara por aquellos valientes hombres que pronto se enfrentarían a la batalla.
La leyenda narra que, en el momento en que los primeros disparos resonaron en el horizonte, algo inexplicable sucedió. Los piratas, que estaban seguros de su superioridad numérica y militar, huyeron precipitadamente del campo de batalla. Se apresuraron hacia sus barcos con un pánico indescriptible, como si hubieran sido confrontados por un poderoso ejército que los amenazaba con su total aniquilación.
Fe y Protección Divina de la Virgen de Ujarrás
La explicación de este asombroso giro de los acontecimientos es vista por muchos como un auténtico milagro de la Virgen María. Se dice que, en respuesta a las fervientes oraciones de los fieles y la súplica desesperada de los defensores de Costa Rica, la Virgen se manifestó con un ejército celestial que ahuyentó a los piratas. Desde aquel día memorable, la Virgen de Ujarrás es conocida como "La Virgen del Rescate de Ujarrás", en honor a su intervención divina en la salvación de la nación costarricense.
Esta emocionante historia es un testimonio conmovedor de la fe y la protección divina que se pueden encontrar en los momentos más oscuros de la historia. La Virgen de Ujarrás se ha convertido en un símbolo de esperanza y salvación para Costa Rica, recordándonos que, incluso en los momentos de mayor adversidad, la fe puede ser un faro de luz que guía el camino hacia la victoria.