Por sexta vez, el purpurado viajará a este país de Europa del Este asolado por la guerra: la gente "sufre de forma inhumana en Kherson" tras la destrucción de la presa de Nova Kakhovka. "Voy para llevar la cercanía del Papa"
"Estar con ellos, rezar con ellos y también dejarles una ayuda muy concreta, un signo de unidad con el Papa que quiere estar cerca de los que sufren". Así explica el cardenal Konrad Krajewski el significado de esta nueva misión en Ucrania, la sexta desde el comienzo de la guerra hace más de un año.
Un comunicado del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, difundido por la Oficina de Prensa del Vaticano, precisa que el destino final del viaje es la zona de Kherson, donde en las últimas semanas fue destruida la presa hidroeléctrica de Kakhovka, un suceso que ha causado enormes daños en la zona. De hecho, se calcula que más de 80 pueblos y ciudades quedaron inundados, 20 mil hectáreas de tierras de cultivo destruidas y más de 150 toneladas de petróleo vertidas en la zona.
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Sufrimiento inhumano por la guerra en Ucrania
"La gente está sufriendo de forma inhumana", afirma el cardenal, "no hay agua y muchas personas siguen en los tejados". En este viaje "típicamente pastoral", el cardenal Krajewski transportará los medicamentos más urgentes en un coche, mientras que un camión transportará alimentos recibidos en su mayor parte de Corea, como más de 100.000 sopas liofilizadas, así como medicamentos y material médico que serán entregados en las zonas más afectadas. Durante su misión, también visitará, como le pidió el Papa, las distintas comunidades religiosas, las parroquias de los greco-católicos, los ortodoxos y los católicos entre Lviv y Kherson.
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"Es un viaje para estar entre los que sufren", concluyó el cardenal, "el Papa es un padre y se preocupa por sus hijos. Cristo buscaba cada día personas a las que ayudar y este viaje entra en la lógica del Evangelio. Estar juntos, compartir, rezar con los que están tocados por la atrocidad de la guerra, llevarles el abrazo del Papa es el signo concreto de esta sexta misión a Ucrania".
La semana pasada, el Dicasterio vaticano había cargado un camión con alimentos y medicinas destinado también a la zona de Kherson, que partió de la basílica de Santa Sofía de Roma, el corazón ucraniano de la capital. Desde aquí han salido 106 camiones cargados de ayuda desde el comienzo de la guerra, y gracias al apoyo de muchos voluntarios, donantes y al valor de muchos conductores, han llegado a su destino.